El futuro de los coches autónomos y conectados

La aparición de vehículos conectados y autónomos tendrá efectos nuevos y emocionantes en los patrones de transporte, pero cuando se trata de medir esos efectos, el futuro se vuelve más impredecible

Sin duda la aparición de los CAVs -coches autónomos y conectados por sus siglas en inglés- tendrá efectos nuevos y emocionantes en los patrones y modos de transporte. Pero cuando se trata de medir esos efectos, el futuro se vuelve un poco más impredecible ¿Cómo podrían estas tecnologías afectar la forma de viajar de las personas y al modo en que se usará la energía? ¿Llevará esto a la gente a pasar más tiempo en la carretera o menos? ¿Cómo se verá alterado el consumo de combustible, el tiempo que empleamos en la carretera o la cantidad de tráfico en nuestras nuestra ciudades?

«Nuestro objetivo es comprender a nivel de sistema cómo está cambiando el transporte, incluyendo cómo interactúan los diferentes modos de transporte, cuales son las decisiones tomadas por los viajeros y cómo la automatización afectará a todo», afirma Joshua Auld ingeniero de transporte computacional del Argonne National Laboratory de de la Oficina para la Ciencia del Departamento de Energía del Gobierno de los Estados Unidos.

Modelos y simulaciones

El equipo de Auld ha desarrollado un modelo que representa la adopción de los CAVs parcial y totalmente automatizados, y a diferentes niveles de aceptación en el mercado. Posteriormente integraron estos datos junto a un modelo de flujo de tráfico en un simulador de sistemas de transporte denominado POLARIS -por sus siglas en inglés: Plataforma de Simulación Integrada Regional de Lenguaje de Planificación y Operaciones.

POLARIS simula la movilidad y el flujo del tráfico al predecir el comportamiento individual de los «agentes» que él intervienen. Estos agentes pueden representar a personas, hogares u organizaciones. Analiza cómo millones de estos agentes interactúan y toman decisiones sobre el uso de automóviles, bicicletas o cualquier otro modo de moverse. A su vez, estas decisiones individuales afectan al sistema de transporte en su conjunto. De este modo, los investigadores utilizaron POLARIS para simular la movilidad y el impacto de los flujos de viaje en cada unos de los diferentes escenarios contemplados.

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