Inglaterra: Londres NON STOP

La extensa capital británica no deja de reinventarse ni un solo momento para captar constantemente la atención del viajero.

 

El big ben

Londres es una urbe extensísima con 32 distritos o boroughs y unos 9 millones de habitantes. No resulta extraño que los londinenses echen cabezadas en el metro, pues invierten horas en ir y venir del trabajo a casa. El transporte público constituye uno de los símbolos de la ciudad, ya sea el metro o la densa y fluida red de autobuses rojos. Por lo tanto, primero conviene sacarse la Oyster Card, una tarjeta de transporte recargable que nos facilitará la vida. Hay que tener presente que las distancias entre los diferentes destinos pueden ser grandes. Eso, sumado a la inabarcable cantidad de lugares que vale la pena conocer, exige planificar con antelación los itinerarios.

A diferencia de Roma o Lisboa, ciudades que permiten perderse en improvisados paseos sin destino, en Londres conviene tener claro qué museos, monumentos o parques apetece ver, pues esta ciudad no tiene un solo centro, sino varios.

Piccadilly Circus

Están las zonas más comerciales como Piccadilly y Oxford Street. Está también la plaza de Trafalgar con la National Gallery y el West End con sus llamativas carteleras de los teatros. Está la City, corazón histórico y financiero. Está Ken-sington, otra gran zona comercial donde además hay imponentes museos como el Victoria and Albert. Están el South Bank y el Bankside, la ribera sur del Támesis, con centros culturales como el National Theatre, el South Bank Centre, el British Film Institute, la Torre Oxo y, por supuesto, la Tate Modern, el museo de arte contemporáneo. Eso por citar solo algunos de los distritos imprescindibles.

Y es que Londres es la suma de muchas localidades que desde hace dos mil años se han ido enlazando en un continuo de calles y casas sin prácticamente autopistas ni carreteras. Eso hace que el tráfico sea el peor de Europa y que el metro y los ferrocarriles se hayan convertido en los medios más utilizados.

Es habitual que algunas líneas cierren los fines de semana por mantenimiento, con lo que se corre el riesgo de no llegar al aeropuerto y perder el vuelo, como me ocurrió una vez. En estos casos los taxis no son una solución, pues el caos circulatorio suele estar garantizado y la alta factura también.

Londres es una ciudad densamente poblada por una amalgama amplísima de nacionalidades. Oiremos hablar innumerables lenguas. Veremos personas con rasgos e indumentaria de remotos rincones del mundo. Y si la gastronomía del Reino Unido tuvo fama de simple y casi incomestible, hoy Londres abunda en excelentes y variadísimos restaurantes. Eso sí, no es una ciudad en absoluto barata.

PARA AMANTES DE LA ARQUITECTURA

Fundada por los romanos en el año 43 en la zona que hoy ocupa la City, Londinium tenía muralla, anfiteatro, templos y baños que aún pueden rastrearse bajo los cimientos de modernos edificios como la Guildhall Gallery, el museo-galería del Ayuntamiento de Londres; el Billingsgate Roman House and Baths (101 de la calle Lower Thames); o por supuesto, el imponente Barbican, un centro cultural y residencial construido en hormigón entre 1963 y 1975 que incluye dos mil viviendas, varios teatros, dos escuelas, un conservatorio de música, una biblioteca, salas de exposiciones, un centro de danza y artes escénicas, bares, restaurantes y cafés, además de invernadero y unos jardines muy agradables. Para quienes amen la arquitectura, es visita obligada.

El 20 Fenchurch Street de Londres

Y puestos a hablar de arquitectura, será un buen contraste viajar en el tiempo y saltar a la Torre de Londres, un castillo y fortaleza que nos llevará al Londres de Enrique VIII y Ana Bolena, que fue allí ejecutada. Muy cerca está el famosísimo puente Tower Bridge, otra parada histórica aunque más «reciente», de 1894. Desde aquí podremos caminar bordeando el río hasta The Monument, una torre de piedra que tras 311 peldaños de ascensión ofrece una magnífica vista de la capital. Se construyó en 1671 para conmemorar el espantoso incendio que en 1666 devastó la ciudad.

El paseo puede continuar por el oeste hasta el London Mitraeum, donde estuvo el templo romano del dios Mitra. De allí al Banco de Inglaterra y la Bolsa y callejeando hasta la catedral de Saint Paul, uno de los hitos de la ciudad. En línea recta cruzando el Támesis encontraremos la Tate Modern, el museo de arte contemporáneo, y podremos pasear por Southbank y Bankside. Esa combinación de historia y vanguardia es lo que a partir de los años sesenta hizo de Londres destino obligado para los jóvenes que quieren hacer carrera en cualquiera de las artes.

MUSEOS COMO PARA NO PARAR

Hay lugares que expresan perfectamente esta paradoja como la casa museo de Handel (25 Brook Street, en Mayfair), que ahora es también la casa museo de Jimi Hendrix. El gran guitarrista alquiló en 1978 la que sería su última vivienda precisamente allí, 200 años después que el compositor barroco. Las casas museo son una buena alternativa para quien quiera huir de las muchedumbres. Londres es posiblemente la ciudad del mundo con mayor número de museos dentro de su área: más de 250.

Museo de Ciencias Naturales

La razón de tal cantidad de museos hay que buscarla en la pasión de los británicos por el coleccionismo, lo que plantea un dilema añadido al visitante. El abecé de las grandes instituciones culturales de obligada visita al menos una vez en la vida serían el British Museum, la British Library, la National Gallery, la National Portrait Gallery, las dos Tates, la moderna y la de arte británico (en Pimlico, mi favorita), el Victoria and Albert con sus colecciones de artes decorativas, el de Ciencias Naturales, el de Historia de la Ciencia o la Royal Academy.

Al lado de estas icónicas instituciones brotan un sinfín de museos de mayor o menor tamaño, dedicados a cualquier tema que imaginarse pueda. En la lista de museos londinenses cabe contar, además, las casas de escritores, pintores, coleccionistas ¡o del mismísimo Freud! Entre las más interesantes, destacan la casa museo de Charles Dickens (48 Doughty St) o la del pintor Leighton (12 Holland Park, Ken-sington). Generalmente los museos grandes son gratis, se pagan solamente las exposiciones temporales, pero en los pequeños museos la entrada ronda las 10 libras.

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