Oficial: Alex Honnold, el escalador que conquistó el Premio Óscar

Escalar sin cuerdas El Capitan, el muro más famoso de Yosemite, era imposible. Hasta que Honnold lo consiguió. Y la filmación de esta proeza por parte de su compañero de batallas y aventuras, Jimmy Chin, les ha llevado hasta la cima de los Óscar al conseguir el premio al mejor documental en la gala 2019. Esta es su historia.

 

Ensayo antes de la aventura

Ensayo antes de la aventura

Encordado, Honnold ensaya un tramo de la Freerider, la vía por la que escalaría El Capitan en solo integral. Esta vía pone a prueba hasta el último centímetro de su cuerpo –desde los dedos de las manos hasta los de los pies–, así como su resistencia mental y física.

 

Rutinas de resistencia

Rutinas de resistencia

Para el escalador de solo integral, la fuerza de los dedos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. De cara a su ascensión, Honnold dedicaba 90 minutos diarios a completar una rutina de suspensiones en la furgoneta, su hogar y campo base móvil durante años.

 

Un duro entrenamiento

Un duro entrenamiento

Honnold, de 33 años, escucha música mientras se lava los dientes justo antes de afrontar una jornada de escalada en el Alto Atlas marroquí, uno de los lugares donde se entrenó para escalar El Capitan.

 

Una ascensión histórica

Una ascensión histórica

Con el valle Yosemite a sus pies, Alex Honnold asciende en solo integral –sin cuerdas ni material de seguridad– una grieta de los 900 metros de la cara sudoeste de El Capitan. Antes de conseguir la hazaña el 3 de junio de 2017, el escalador dedicó casi diez años a pensar en esa ascensión y más de año y medio en planificarla y entrenarse para ella.

 

Entre las grietas. Sin cuerdas

Sin cuerdas

El 3 de junio de 2017 Alex Honnold escaló en solo integral la vía Freerider de la pared sudoeste de El Capitan, salvando los 900 metros en menos de cuatro horas. Una carrera de obstáculos en vertical que un escalador veterano puede tardar varios días en completar con cuerdas. Honnold invirtió un año en coreografiar miles de movimientos de precisión para superar la exigente cadena de retos físicos y psicológicos.

 

En la cima

En la cima

Honnold, con todo su material de escalada en la mano –los pies de gato y una bolsa de magnesio–, en la cima de El Capitan cuatro horas después de haber empezado a escalarlo. «En tierra estaba un poco nervioso –dijo después–. No dejas de tener delante una pared demencial». ¿Y ahora qué? «Sigo queriendo escalar cosas difíciles. Ya llegarán. Tampoco es que te jubiles en cuanto vuelves a pisar el suelo».

 

En el límite

En el límite

Honnold se asoma por el borde de Taft Point, un mirador que ofrece amplias vistas del valle Yosemite, al fondo, y de la pared granítica conocida como El Capitan, enfrente. Cada año Honnold dedica varios meses a escalar las emblemáticas paredes y los búlderes del parque. «Yosemite es el lugar que más me gusta del mundo», afirma.

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